Soltar...



El cambio es la única constante de la vida.
Sin embargo, nos cuesta tanto entregarnos a ellos..., es inevitable apegarse al sufrimiento de lo conocido con fuerza por miedo. Pero más pronto que tarde, la luz de la consciencia ilumina el camino, y soltar se convierte en una necesidad.
He soltado. 
Tal vez de una forma abrupta o temerosa. Me ha temblado el cuerpo y mis manos se han helado por completo en el momento. Pero he seguido en pie. Continúo en pie, y andando.
Simplemente es un viaje; un vestido que mi alma ha mudado ya tantas veces...

Imagen, La Gomera.
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