La única forma de querer
Hay un halo de dignidad que envuelve a algunas personas, no tiene nada que ver con su apariencia física, su ropa o el modo que tienen de expresarse. Es algo que va más allá, una energía que emanan con su mera presencia, que se capta en el silencio, en la profundidad de sus palabras, siempre directas al corazón y que te embriagan de una paz absoluta en forma de certeza. Sabes y sientes que lo que transmiten es más real que cualquier bien tangible, más certero que cualquier ciencia humana y más elevador que cualquier religión. Es una gracia infinita coincidir con alguien así, tenerlo cerca… La última pregunta que me hizo mi padre antes de partir y dejar el mundo de las formas, fue si seguía sola. Para él, era inconcebible que así siguiera siendo después de tantos años. “Sí papá, estoy conmigo y estoy bien”. Hace unos días me sorprendió la visita de un amigo que vive fuera, llevábamos un septenio sin vernos y la pregunta volvió a cobrar fuerza. Creo