El veinte de marzo y su entrada triunfal

Y empieza la primavera, donde la sangre altera, el día oficial de la felicidad, el comienzo del año según la astrología y que hoy hemos inaugurado con un eclipse solar. Pues empieza movidito, ¿no? ¡Cuántas cosas que celebrar!

El veinte de marzo, el día oficial de la felicidad. Y como la felicidad es tan subjetiva no será lo mismo para ti que para mí. Porque tú eres feliz a tu manera y yo, a la mía. Pero ¿acaso no es algo universal y como tal debería provocarnos, lo mismo, a todos, por igual?

Celebrar la felicidad, suena bien. La felicidad en su estado más puro, pero ¿cuál? ¿Líquido, sólido o gaseoso? ¿Es acaso material? ¿Emocional, sentimental?

Seamos plenamente felices, pero no solo el día estipulado para celebrar la felicidad. Seámoslo de lunes a domingo, cada día del año, cada amanecer, cada atardecer, de madrugada, acompañados o en soledad. Seamos felices de miles, millones e infinitas maneras. Seamos felices en colores, en escalas de grises, en tonos sepia. Seamos felices, simple y sencillamente felices, con la sangre alterada o con savia nueva.

Yo me quedo celebrando el equinoccio, el inicio del año cósmico, la primavera, la vida, pues todo, absolutamente todo, me suena a felicidad. 

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