Mamá





He vivido tanto a tu lado... He visto y aprendido tanto de tu mano, incluso al soltar mi mano...

Te he visto cocinar veinte platos para contentar a cada uno de tus hijos.

Me has contado cuentos, historias, y envuelto mis pies en la colcha para que no pasara frío.

Te he visto apoyarme y saber callar durante mucho tiempo para no interferir.

Te he visto descontenta con tu vida, pero jamás te he visto rendirte.

Te he visto alegre, y triste...

He visto como agarras la mano de papá, del amor de tu vida. Cómo lo miras cuando "te busca la lengua" y cómo me susurras muy bajito para que no te oiga "que te tiene contenta".

Te he visto querer odiarle y no poder.

Te he escuchado decirme cosas que me han hecho daño, y que más tarde que temprano me han ayudado a reaccionar. Te he visto angustiada por mostrarme mi peor cara mientras sólo oía los aplausos.

Te he visto esforzarte para que sea fuerte, para que no dependa de nada ni de nadie, para que luche y mire hacia delante sin dejar de tener en cuenta a los demás.

Te he escuchado hablarme durante horas de lo importante que es ser libre para poder elegir.

Te he visto preocupada por mí y de ti aprendí lo que supone ser valiente, la importancia del coraje y el valor para seguir. 

Te he visto coger un avión sola, y regresar sola. Caminar por la orilla de la playa hundida en tus reflexiones.

Te he visto, con más de sesenta, apuntarte a clases de natación, salir a comer con amigas, irte de hotel, de viaje... Empezar las clases de dibujo, sacar los óleos y ponerte a pintar paisajes.

Te he visto volver a hacer de todo con más de setenta.

Te he visto trabajar, ser generosa, dar mil oportunidades, sacrificarte y hasta renunciar.

Te he visto llorar tantísimas veces... Y he sabido que esa es la forma que las dos tenemos de mostrar el sentimiento. Que reímos igual que lloramos, con las mismas ganas e intensidad.

Te he visto abrazarme cuando aún eras más alta que yo. Te veo hacerlo ahora y siento que la que te abraza soy yo.

Te he visto y sigo viendo que estás ahí, y que ya se acabó lo de ser duras la una con la otra, ya no lo necesitamos. 

Te he visto mirarme con admiración, sonreír por la mujer en la que me he convertido. He visto como te quitas galones al decirme que quien soy me lo debo a mí, pero ambas sabemos que sin vuestra base, no sería así.

Te he visto mirar al pasado y confesarme lo inconfesable para darme valores y enseñarme que en la vida hay que ser fiel a uno mismo y apostar por lo que se cree.

No imagino mi mundo sin ti. Como sería la vida sin sentarme a tu lado y hablar sin parar. No me lo imagino, y tampoco quiero, mamá.


*A mi madre, mujer a quien amo, admiro y respeto, cada día más. Mil gracias por tanto y por todo, mamá. 

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