Cerrando 2023



Cerrar 2023 no es cerrar un año, con sus doce meses de calendario, sino ciclos que se iniciaron desde que nací.

Es despedirme de Alcyon y sus infinitos actos de amor; decirle adiós a mi padre, arder en fiebre... Es TATA, así, en mayúsculas, que fue más que mi hermana mayor.

Fue afrontar miedos después de muchas vueltas y titubeos del ego. Y me río de mi ignorancia al revisar su enero, por haber puesto en manos de otros aquello que sólo depende de mí. Aprendí...

Y ojalá al terminar se llevara toda la rabia, todo el enfado y el dolor, la tristeza y las lágrimas, pero no es cosa del 2023, ni siquiera de 2022...

Así que...¡ Gracias! Porque no estoy en el mismo lugar, ni en el mismo punto; porque no tengo la misma perspectiva. Y ya sé que lo que dicta mi Espíritu/Alma siempre es a seguir. 

Gracias por darme Luz para ver, por las personas bonitas y las que aparentemente no lo son tanto, aunque cumplieron su función en este teatro, incluso por las que se creen bonitas, pero sólo en su Esencia lo son. Gracias por tanto; por todo. Por permitirme haber estado, por ser y seguir.

Al 2024 ya lo voy avisando, no vaya a ser que se equivoque de puerta y le toque a los de al lado o no me pille por aquí...

¡Feliz 2024; feliz vida!


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