"Soy lo que soy" - De mi blog "En voz alta" -





Soy lo que digo, lo que pienso, lo que sueño, lo que me gusta, lo que me disgusta, lo que quiero, a quien quiero, a quien no quiero.

Detesto la altanería, la soberbia. Me irritan las injusticias, lamento la prepotencia.

Me río de mí misma, con mis amigos y sonrío cuando algo o alguien me provoca una sonrisa. No regalo mi tiempo y cuido mucho a qué y a quién se lo dedico.

Soy mis aciertos, mis tropiezos, mis enfados, mis alegrías, mis penas, mis glorias, mi presente y cuanto me enseñó mi pasado. 

Soy contradicción en estado puro. Altamente sensible y extremadamente fuerte. Capaz de muchas cosas, incapaz de muy pocas, pero, a veces, lo admito: me cuesta...

Adoro mi espacio, mi libertad, mi independencia. No permito que nada ni nadie marque mis ritmos, en qué o quiénes invierto mi tiempo.

No me halagan los piropos, no me compran los regalos. No me doy por aludida si no me aluden directamente. No soy sutil, soy directa.

Aborrezco las definiciones, pues tratan de encerrar mucho en tan poco... Y todo cuanto suponga encerrar, me agobia. No mido las palabras y no me gusta que midan las mías. Me indignan las personas que las utilizan fuera de contexto para echarlas en cara, para desprenderlas de su significado y hacer que vuelen sin sentido en medio de un huracán. 

Soy y necesito plena libertad.

No cedo cuando alguien se obceca. Agradezco un consejo, valoro muchísimo la sinceridad,  la honestidad. Pero no tolero imposiciones ni a la "Iglesia del Quédirán".

Toco el piano, leo mucho, escribo, me encanta viajar, pasear con mis perros... Soy en lo que invierto mi tiempo.

Me asusta el mero sonido del mar agitado de noche, la espuma de las olas en la arena cuando el cielo queda cubierto por un manto negro. Los caminos oscuros que no sé a dónde me llevan y las copas de los árboles tan altos y frondosos que no me permiten ver el cielo.

No juzgo, no sentencio, no condeno. Aún sigo creyendo en la humanidad, en las personas, en las buenas intenciones, en la inocencia y en conjugar los verbos en su totalidad.

No llevo a cuestas un saquito de reproches, si perdono olvido y si olvido, no me empeño en recordar.

Prefiero un abrazo a una larga explicación, mirar a los ojos, escribir, conversar, pasear a correr; vivir a existir.

Me gusta pasar inadvertida, me inquieta quien pretende llamar la atención.
No soporto la mentira, la falsedad, la hipocresía. 

Me encanta ir a mi aire, siempre con un sentido, un final, una dirección. 

Soy feliz por mí misma, mi felicidad no está en manos de nada ni de nadie. No necesito accesorios para llevar una vida mejor, no preciso de extras lujosos para sonreír. 

Compadezco a quien miente a los demás porque en realidad se miente a sí mismo. 

Enfrento mis miedos, mis temores, mis recelos. 

Soy agua, tierra, aire y fuego; acción y emoción.

Me alejo de quienes se quejan y no hacen nada por cambiar su situación. No creo en las víctimas ni en los verdugos, en los buenos ni en los malos; en los extremos.

Acepto, fluyo y me entrego, pero nunca con resignación. 

Estoy abierta al constante cambio que propone la vida, a vivir experiencias, a abrir y cerrar puertas, a decir tanto "hola" como "adiós".  

Creo y seguiré creyendo. Tengo fe, esperanza, ilusión... Amor.

Soy lo que hago, cuanto deshago, lo que admiro, a quien admiro...

Soy como soy y soy lo que soy.

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