Reseña de ¿Dónde está el hombre de mi vida? revista Literaturas.com
"Esta ágil novela de la escritora canaria Dácil Rodríguez (Santa Cruz de Tenerife, 1980) nos acerca, temáticamente, al siglo XXI; pero ese acercamiento no es exclusivamente estético además, como corresponde a su generación,
sino igualmente desde el planteamiento de una trama actual, contemporánea y divertida. Es, en mi opinión, una nueva aportación a la narrativa actual, con un punto de vista inteligente y un planteamiento singularmente atrayente.
sino igualmente desde el planteamiento de una trama actual, contemporánea y divertida. Es, en mi opinión, una nueva aportación a la narrativa actual, con un punto de vista inteligente y un planteamiento singularmente atrayente.
La protagonista de esta novela es una joven de hoy que, tras el fracaso de su relación matrimonial, decide contestar y contestarse a la pregunta que da lugar al título a la obra. De ahí parten temas, planteamientos, ideas, situaciones y hasta palabras de nuestros días ─whatsaap y cotidianidades por el estilo─ que sitúan al factible lector en la realidad de hoy. La mirada inteligente que la escritora lanza sobre una época y la recreación de la misma a través, insisto, de lo cotidiano, de lo que fueron las décadas de los ochenta, los noventa, los dos mil, previas a hoy, suponen un buen ingrediente narrativo para esta historia que no deja indiferente; que, con su lenguaje ágil, dinámico y fresco plantea una obra que dice mucho.
Tengo para mí que, a priori, la obra está constituida por una estética que entenderá mejor el público coetáneo a la autora pero que suscitará interés, inquietud y comicidad a todas aquellas personas que busquen entender una época y sus circunstancias. Como toda ópera prima, se trata de una novela rica en vicisitudes, en personajes, en frases inteligentes y conmovedoras; intensa en frescura, en aportación de un lenguaje que llega, que transmite, que insinúa y que, finalmente, dice.
Hay momentos en ¿Dónde está el hombre de mi vida? que, por sí mismos, cobran especial singularidad en la novela: los capítulos “Elecciones” (pág. 75) y “Un clavo saca otro clavo” (pág. 35), pese a su brevedad, están trazados con una magistralidad que, al crítico, le da la impresión de estar ante una escritora en ciernes que dirá mucho en adelante.
Esta obra, a pesar de partir de la tesitura de una ruptura, no entra dentro del apartado que llamamos novela rosa y que en España tuvo una importancia singular poco estudiada; bien al contrario, estamos ante una obra literaria intensa, ante una novela de estructura clásica y planteamiento ambicioso que quiere decir mucho en una división de cuarenta y cuatro capítulos de trazado directo e intenso. No es extraño encontrarnos una XBOX o el Youtube, pero también es magistral encontrarse con un diálogo tan ágil como el que dice “Tierra llamando a la protagonista del libro, tierra llamando a la protagonista del libro, por favor, recupere la cordura” (pág. 70). ¿Acaso cualquier lector o escritor, a lo largo de su agitada vida, no ha tenido que auto-poner sus propios pies en el suelo? Solo que decirlo, como lo dice todo el mundo, es, en esta obra, la frescura del siglo XXI.
Ha sucedido sin excusa ni pretexto ─y mucho me temo que también sin premeditarlo─ que muchas de las aportaciones más arriesgadas, más interesantes y más actuales de cada momento literario, tras un periodo de eso que otros críticos llaman crisis narrativa, han venido desde Canarias, como ahora nos sucede con ¿Dónde está el hombre de mi vida?, de Dácil Rodríguez".
Francisco José Peña Rodríguez para Literaturas.com
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